martes, 1 de febrero de 2011

Esos viejos anuncios nuevos

Por Guillermo Meyer

Cada tanto se producen en el país hechos que nos conmocionan como sociedad y se convierten en temas excluyentes en el ámbito. Así es que durante el mes de diciembre pasado vivimos pendientes de los acontecimientos de Villa Soldati y Lugano cuando miles de personas tomaron terrenos y espacios públicos, como el Parque Indoamericano, en un cambalache donde se mezclaron necesidades reales con la especulación de algunos vivos.

Finalmente, el pasado 24 de Enero, el Ministro de Economía y precandidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad, Amado Boudou, anunció un ambicioso plan de construcción de más de 17.000 viviendas para habitantes de la Cuenca Matanza-Riachuelo en un plazo de dos años.

Ese anuncio fue como un déjà vu. Efectivamente, el 21 de julio de 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner había anunciado la primera etapa del Programa Federal de Construcción Viviendas. Esta consistiría en la construcción de 120.000 unidades en un plazo de 12 meses. Luego, el 11 de agosto de 2005, se anunció la segunda etapa de aquel programa. Esta vez se trataba de la construcción de 300.000 viviendas en un plazo de dos años. Como no era suficiente anunciarlo una sola vez, se presentó de nuevo en un acto en Parque Norte el 20 de marzo de 2007.

Como decía Aristóteles: “la única verdad es la realidad”. Y la realidad siguiente a esos anuncios no fue tan auspiciosa. De las 120.000 viviendas anunciadas en la Primera Etapa se hicieron solo 58.735, es decir, el 48,9% del total que deberían haberse terminado en aquel plazo de12 meses. En cuanto a la Segunda Etapa, de las 300.000 viviendas anunciadas en 2005, se construyeron apenas 3.398 unidades en el plazo correspondiente, lo cual equivale apenas al 1,13%.

Al incumplimiento de plazos y cantidad de viviendas se sumaron graves deficiencias en la ejecución de muchas de ellas. Hay casos donde fueron construidas en terrenos de relleno o contaminados no aptos para edificar. Así aparecieron los barrios “Titanic”, donde las viviendas se hunden y las mamposterías se rajan con riesgo de derrumbe. Son conocidos los casos de Quequén o los barrios de Santa Rosa, San Jorge y Las Margaritas en Florencio Varela. Ya en este blog habíamos publicado un informe propio sobre el estado de viviendas inauguradas en el Barrio Libertador en la localidad de Pablo Podestá (http://ucrmilitancia4.blogspot.com/search/label/H%C3%A1bitat%20y%20vivienda)

Estos resultados demuestran la falta de políticas serias de largo plazo para dar soluciones efectivas a nuestros problemas. En su lugar tenemos una sucesión de reacciones espasmódicas que apuestan únicamente a dar una imagen de solución. Así es que, cuando la cuestión empieza a desaparecer de la primera plana de los diarios, aquellos anuncios quedan en el olvido o se implementan en forma parcial y negligente. Pero cuando la negación de un problema se hace imposible y la falta de solución se hace evidente, se repiten los mismos anuncios a modo de viejas novedades.

Los hechos de Soldati pusieron en evidencia que, después de años de crecimiento continuo a tasas chinas en un contexto internacional inéditamente favorable, los problemas de los más necesitados no han tenido solución. Esto sucede simplemente porque en lugar de un proyecto de gobierno existe sólo un proyecto de poder.

Nuestro país necesita, en forma urgente, plan de vivienda en serio. Para que ese plan sea exitoso debe tener una mirada integral sobre la cuestión del hábitat y no sólo la construcción de viviendas. Para eso deben contemplarse, en principio:

- Entorno medioambiental adecuado.
- Infraestructura de servicios, educación y salud.
- Integración urbana y social.
- Transporte y comunicación con el resto de la ciudad.
- Promoción de sectores del interior del país con baja densidad poblacional.
- Políticas de desarrollo comunitario que hagan sustentables a los nuevos barrios.
- Políticas de empleo que hagan que los más pobres sean ciudadanos y no clientes que viven bajo la amenaza de perder lo poco que les dan si no obedecen a los punteros alineados con el Gobierno.
- Entender que la falta de vivienda no es únicamente un problema de los más pobres, sino también de amplios sectores de clase media que sufren alquileres abusivos y la imposibilidad de acceder a un crédito.
- Por último y sobre todo, que quienes gobiernan cumplan con la palabra dada y lo hagan con honestidad, transparencia y eficacia.

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